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lunes, 21 de mayo de 2012

Más maestros y menos profesores.

Doy clase a un nene de diez años que tiene falta de atención y la "profesora" quiere que repita. La falta de atención no se soluciona repitiendo, señores funcionarios, digo, profesores. La falta de atención se soluciona echándole más horas al alumno, pensando más en él que en la nómina. No hay niños ceporros, hay PROFESORES CEPORROS. No es que tenga falta de conceptos, sino que en clase se evade y no presta la atención que tendría que prestar.

Todos hemos estado en clases de 30 y no hemos salido tonticos perdíos; de hecho, somos la generación con más carreras universitarias. Por tanto, yo mañana NO SECUNDO LA HUELGA, yo mañana le voy a dar las horas de atención a mi alumno que su profesora no le va a dar por estar de huelga reivindicando por no tener más niños a su cargo ni echar más horas.

Me encanta dar clase y que mis alumnos aprendan. Me entristece ver cómo, por falta de atención tanto de él como de la profesora, un niño suspenda. El profesor es el primero que ha de mirar por su alumnado y no por su bolsillo.

El MAESTRO es una persona que educa, enseña valores y conocimientos; el PROFESOR es el funcionario que ha querido sacarse un exámen para tener un trabajo de por vida.

Mi experiencia como alumna me ha hecho ver los tres tipos de educación existentes: concertado, privado y público, y he de decir que como el profesorado de los dos primeros, en ningún lado, señores. El maestro se gana la plaza día tras día, se preocupa por los alumnos, no sólo por sus conocimientos en la materia, sino en su vida.

Más maestros y menos profesores. Gracias.

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