Es ya una semana lo que llevan las revueltas valencianas y, en menos de siete días, se han esclarecido el procedimiento y la prolongación reales de estos disturbios. No me refiero a ellas como manifestaciones, sino como revueltas, conflictos, disturbios, por una sencilla razón: una manifestación es un acto popular LEGAL de reivindicación de una serie de derechos, y esto no lo es.
No señores, no lo es. Esto es un ataque a la democracia en toda regla. No me gusta llamarla izquierda, pero en este caso lo voy a utilizar para designarme genéricamente a este sector político. Bien, la izquierda de este país está rabiosa, no pueden soportar haber perdido las elecciones, igual que hicieron el último año, los últimos meses de su tan querida Segunda República Española. Para ello, hacen lo que sea para demostrar su descontento con el gobierno de la no izquierda, en este caso, el Partido Popular, al que yo no catalogaría de derechona, hijos de franquistas y demás, por lo que he leído y me he informado y he vivido es un partido de centro liberal (los que se preocupan un poco de la política, sabrán de lo que hablo). La cuestión, que me enrollo, no soportan que un partido que no es de su bando esté en el gobierno, y no porque oprima al pueblo, sino porque les recorta todas las subvenciones y privilegios que han estado cobrando durante mucho tiempo. Y es lo que ha pasado en Aldaya, o Aldaia, como lo queráis escribir, por poner un ejemplo.
Pero bueno, centrándonos en el tema de las patatas revueltas, se ha descubierto lo siguiente, que:
No señores, no lo es. Esto es un ataque a la democracia en toda regla. No me gusta llamarla izquierda, pero en este caso lo voy a utilizar para designarme genéricamente a este sector político. Bien, la izquierda de este país está rabiosa, no pueden soportar haber perdido las elecciones, igual que hicieron el último año, los últimos meses de su tan querida Segunda República Española. Para ello, hacen lo que sea para demostrar su descontento con el gobierno de la no izquierda, en este caso, el Partido Popular, al que yo no catalogaría de derechona, hijos de franquistas y demás, por lo que he leído y me he informado y he vivido es un partido de centro liberal (los que se preocupan un poco de la política, sabrán de lo que hablo). La cuestión, que me enrollo, no soportan que un partido que no es de su bando esté en el gobierno, y no porque oprima al pueblo, sino porque les recorta todas las subvenciones y privilegios que han estado cobrando durante mucho tiempo. Y es lo que ha pasado en Aldaya, o Aldaia, como lo queráis escribir, por poner un ejemplo.
Pero bueno, centrándonos en el tema de las patatas revueltas, se ha descubierto lo siguiente, que:
- El hashtag o dominio "Primavera Valenciana" fue registrado dos días antes de las protestas. (http://www.intereconomia.com/blog/punto-critico/primavera-valenciana-jovenes-pacificos-20120223)
- El IES Luis Vives tiene en su patrimonio 82.000 euros. (http://www.lasprovincias.es/v/20120223/valencia/instituto-epicentro-protestas-tiene-20120223.html)
- El supuesto motivo de no haber calefacción en el instituto era falso, pues lo ha confirmado la directora del centro. Por lo visto, se cortaba a las 12h del mediodía. (http://www.intereconomia.com/noticias-gaceta/sociedad/luis-vives-nunca-se-cortado-calefaccion-20120222)
Por tanto, señores, ¿a quién quieren engañar? Esto es todo una estatagema política de la izquierda, en concreto, la valenciana, cuyos principales líderes estaban ayer, 21 de febrero, encabezando la, esta sí, legal manifestación. Pero, digo yo, ¿para qué se manifestaban si el supuesto interesado, los estudiantes del Luis Vives, no estaban siendo afectados por las falsas acusaciones de impagos y recortes de la Generalitat?
Como dice mi padre: "La rabia inunda tu pensamento..."
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